Pues, este blog, mi viejo amante. No, no puedo abandonarlo. Tiene cada una de mis costras y es ridículo pensar que las costras se irán solas. Retomo el blog a pesar de que dije que no lo iba a tocar más. Lo retomo porque ya descansé del veneno institucional, ya me saqué las astillas y sigo aquí, con el gusanito tratando de salir, tratando de encontrar un sitio y qué mejor lugar que el origen, las raíces.
Abierto de nuevo, bienvenido.
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