jueves, 26 de febrero de 2009

Botones

Todo el dolor,
de repente,
te golpea como un camión.
Las voces apagadas
traen luces de lejos;


faros
que se vislumbran a lo lejos
entre susurros de niebla.


Ves un colibrí que flota
notas
de sus alas
sus millones de batidos por segundo.


Todo el dolor te golpea como un camión
ya no eres más joven
el gallo empezó a cantar al revés
las voces se apagan
y ya no hay faros.


Los faros todos se extinguieron.


Los zurcos de tu cara se desdibujan,
Se redondean,
Se ensanchan,
Las palabras son sonidos aleatorios,


Ga
Ga


Cierras los ojos


Ne
Ne


Respiras.


Sientes,
como de la nada,
el camión te dejó hace rato.

Déjalo allí


Déjalo allí,
en el congelador.
Lo tomaré de nuevo,
Quizás luego,
con una buena galleta sabor a pasado
o con un cafecito
soplado por mis labios,
un beso que se escapa.
Mientras permanece allí,
leeré un libro,
hablaré con lobos,
tendré amores redondos,
bailaré con el tiempo la danza de las trompetas.
Yo sé que tú estarás en primavera,
en flor de loto,
mientras el pájaro da cuerda al mundo.
Déjalo allí,
amor.
deja allí:
nosotros.