martes, 6 de diciembre de 2011

Miss Pechonalidad



"Qué arrecho sería verse así". No saben lo que uno sufre siendo así
(no tan ridículamente hermosa como Christina Hendricks, sólo teniendo los senos grandes).




Por ahí anda rondando un video que hizo la revista colombiana SoHo, llamado "10 Mujeres muestran sus tetas naturales" (Si quieren verlo, está aquí http://www.soho.com.co/mujeres/multimedia/10-mujeres-muestran-tetas-naturales/23071). Obviamente, es una campaña para aceptar la belleza natural de unos senos sin operación, eso está muy bien. Pero nadie, absolutamente nadie, se ha puesto en el lugar de un tercer grupo:  Ni son operadas ni tienen los senos pequeños, son las terceras: Las que tienen senos grandes por naturaleza, vulgarmente conocidas como "Tetonas". -"Oye, ¡Pero eso debe ser finísimo, yo pagué 10 palos por éstas *Se estruja las lolas*!" dirán las operadas. -"Qué asco, yo jamás quisiera tenerlas así de grandes, parecen de vaca" dicen las siempre auto-victimizadas mujeres de senos pequeños. Yo soy del grupo del medio. Somos víctimas del bullying, especialmente, de todas esas muchachas que dicen ser bullied por no tener senos. 

"Ay, pero le debe gustar a los hombres", también dirán. Es mentira, los hombres las prefieren del grupo Silicón o del grupo Limón. 

Comprar ropa es difícil. Muchas veces hay que comprar una talla más, pareciendo más pesadas de lo que realmente somos o, si compramos una talla chica, estamos condenadas a parecer pornstars aunque no hagamos nada. Comprar ropa interior en un país donde el promedio es la talla 34-B es toda una odisea, podría decir que casi similar a sacarse una carpeta CADIVI. Antes de La Senza, todos mis sostenes eran importados, porque simplemente no conseguía. No sólo eso, sino que para poder tener ropa interior, hay que bajarse de la mula con casi 400 BsF sólo por un sostén. A veces digo que mis lolas son sifrinas, porque ni de vaina puedo ponerme un bra de El Palacio del Blumer. Ni les cuento del martirio que es comprar trajes de baño.

Para hacer deportes es una tortura. Cuando practicaba Kung Fu (ejercicio fuerte) tenía que ponerme 2 (léase dos) pares de sostenes deportivos para que no me molestara el trote o los saltos. Claro, tampoco contemos los dolores de espalda, ya que tu espalda anda conteniendo kilos de peso todo el día. 
¿Andar sin sostenes? Inconcebible. Sólo para dormir y si acaso. No puedo usar blusas strapless. No las puedo tapar con una sola mano. 

¿Debería operarme? Sí. ¿Lo haré pronto? No lo sé. Lo que sé es que mientras tanto tengo que aceptar que existen, están allí y que no puedo hacer nada por el momento para cambiarlo. Pero sí les digo algo: A mí sí me saca la piedra los dos extremos de la balanza, porque yo, en el medio, allí sin ser ni una cosa ni la otra, ando en silencio como muchas otras, buscando la época de rebajas en La Senza y tratando de olvidarse de la cruz redonda que se carga a cuesta.


Así que cállense con su orgullo de senos planos o de exhibicionismo porno de senos operados.