lunes, 29 de diciembre de 2008

Moon daydreaming





Con la luna viene tu nombre y se asoman tres golondrinas. Una está volando en círculos, impulsada por una ráfaga de viento agridulce que la conduce hacia quién sabe dónde; la otra está postrada en un nido hecho de gotas de lluvia; la tercera, se encuentra buscando el rumbo al sur, siguiendo la senda dibujada por migas de colores hacia el firmamento.


Con la luna viene tu nombre, no, tus cuarenta nombres en orden alfabético. Tus cuarenta pares de ojos de venado o de cachorro, tus cuarenta bocas de aire y agua, fuego y laberinto, las danzas, los días pintados, los cuervos vespertinos.


Con la luna vienes tú, con esa luna que miro y me dijiste que mirara atentamente. Esa es la misma que tenía nombre y apellido. Es la misma del techo. Es la misma que guinda de un hilo de fieltro junto a innumerables ojos estrellados.


Guardaré la luna en una cajita y la sembraré debajo de tu cama para que no me olvides.



domingo, 23 de noviembre de 2008

El juego


La mordida en la oreja, treinta y seis -¿o son treinta y dos?- dientes. Es un recorrido. Empieza por la orden para abrir la boca y posarla justo detrás de la línea del cabello, sinapsis, sinapsis. El movimiento ejecutado con delicadeza por la damisela que se cree vampiresa. Abrir a cuarenta y cinco grados; cerrar lo suficientemente fuerte para que se sienta, pero también con suavidad, como hojita cayendo al suelo desde la copa de un árbol. La lengua hace una operación barrido: va y viene con fugacidad. Ella se concentra en mirar la nuca de él, haciendo el menor ruido posible mientras ejecuta su caricia dentada. Es toda una experta en maniobras riesgosas. Todo esto es como manejar una bomba de tiempo, cuyo detonante sería el abrir y cerrar de una boca; no cualquier boca, sino la de ella, la juguetona, la que se movería a las órdenes y deseos de la víctima del mordisco.
Samuel estaba inmóvil. Indefenso. La capa y espada se le quebraron con esa llegada a la espalda. Los brazos de Sabina le bloquearon toda posibilidad de escape con una maniobra que rodeaba sus hombros, una especie de abrazo inocente. Samuel en su quietud respiraba aceleradamente; Sabina, en cambio, parecía plácida porque su boca, sus brazos, sus dientes, todos estaban pendientes de Samuel. Los ojos de ambos miraban hacia una misma dirección: Un señor atrapado en un rectángulo de vidrio. Éste danzaba, pero Samuel y Sabina lo miraban por automatismo, porque lo que ocurría adentro era mil veces más emocionante. Terminó el video. La gente empezó a dispersarse. Sabina soltó a Samuel para que no hubiese ningún rastro del crimen.
Entre gatos, la interacción es más divertida. Yo te ataco, tú me atacas. Algunas garras se van en el camino por accidente, pero todo es parte del gran juego. El gatito blanquinegro se prepara para la próxima movida. Observa a su presa. Notó que se quedó sola luego de una ida grupal a la cocina. Esperó a que no hubiese distracciones. Otro ataque desde atrás, otra presa atrapada por unos brazos y mordiscos, el cuello de la víctima no podría escapar del beso que se planta, beso caníbal, beso lleno de dientes, de lengua, de apuro y secreto. Se apartan. Caminan.
*
Yo te prefiero fuera de foco, inalcanzable. Yo te prefiero irreversible, casi intocable. Inalcanzable, eso eres. Sin embargo juegas conmigo a tu antojo, soy tu mascota. Me llamas y allí estoy. Debería dejarte esperar un rato, debería no hablarte tanto ¡Qué va! Sé que no voy a cumplir lo que digo; hace mes y medio, quizás más, quizás menos, te había dicho que no por mucho que implorabas ¿Implorabas? No, no es tu estilo, sólo eres apurada. Eres una maquinita de impaciencia. Te dije que te esperaras un poco. Actúo como las acciones en la bolsa: Lento, pero seguro.
Si te beso allí, en el cuello, capaz reaccionarás. Su piel es como el fuego, señorita. Debería tener cuidado, porque podría quemarme. No, es imposible, ambos estamos en esto. Tú y yo ¿Nosotros? No existe un “Nosotros” como tal. Esto es sólo un juego y debo acatarme a las reglas. Lánzame tu daga, ¡Vamos! Eres muy tímida para atacarme, tengo que hacerlo todo yo. Hablas mucho y no haces nada. Quédate allí. Eso es. Quietecita, que nadie te va a hacer daño. ¿Nadie te ha dicho que tienes un olor a frambuesa irresistible? Seguramente Eduardo ya te lo dijo. Soy sólo un juguete, debo meterme eso entre ambas cejas. Allí estás, lista para recibirme, no tienes sospechas de nada.
Sé que te excita pensar hasta dónde llegaré.
**
Es una condena agradable el instante previo. Es como un desgaste, una necesidad, más que un deseo. Te esperaré aquí, veremos si te atreves a jugar. Tus mensajes me confunden, lanzas uno a la luna y el otro al sol. ¿Qué es lo que quieres? ¿Necesitas algo de mí? No necesito nada de ti, aun así estoy a la expectativa de una movida de pieza. El alfil puede tumbar a la reina, de eso estoy segura. Me vuelvo una taza de gelatina cuando te veo. Me acerqué hace rato y noté el perfume del doblez tu cuello. Es…indescriptible. Un millón de descargas neuronales pasan en nanosegundo y se transforman en recuerdos. Sí, el recuerdo de ese día, la brisa del agua me llegaba a la cara y ambos éramos jóvenes e inexpertos. Me reía como una niñita a la que le muestran un títere. No es que estemos muy lejos de esa edad, de hecho, eso fue sólo hace algunos meses.
Te enamoraste y te fuiste. Era lo mejor, es más, ojalá se hubiese quedado de esa manera. No necesito de esto y tú tampoco, aun así estamos. ¿En qué estamos? En nada, en momentos de diversión momentáneos, tú me olvidarás y yo te olvidaré. O tal vez pase al anecdotario de nuestra juventud en un futuro más lejano, cuando retomemos la simple amistad que llevábamos. Tú me olvidarás, pero yo no te olvidaré. Es difícil. No estoy enamorada de ti, pero no te fugarás de mi recuerdo. Ese es el problema conmigo, vuelvo demasiado grandes las cosas pequeñas, los jueguitos de niños.
No estoy enamorada de ti, sin embargo me encanta oler el desgraciado doblez de tu cuello. No estoy enamorada de ti y me encanta volverme cíclope contigo. No necesito esto y tú tampoco. La vida se volvería concha de almeja si le quitases estos detalles. ¿Estamos en esto porque la rapidez del mundo motiva a que caigamos en tentaciones innecesarias o simplemente porque no teníamos nada que hacer? Es tu culpa, tú lo empezaste. Yo lo había parado ¡Aja, ahora sí! ¡Vete, vete, vete! (vente, vente, vente). Por lo que veo, me convertí en un cervatillo.
¿No sientes miedo? Veo que sigues sonriendo.
***
Entre gatos, los juegos son peligrosos. Se escapan algunos rasguños que podrían dejar al más débil en el piso, malherido e impotente. Yo te ataco, tú me atacas. Tú me atacas, sangro. Yo te ataco, sangras. Uno de los gatos pierde su dignidad felina y se transforma en ratón, con una pata dominante encima del cuerpo pequeño, aplastando toda posibilidad de escape. Peor, una muerte lenta. Ellos sí que son indolentes, los gatos. A veces, entre tanta concentración de atrapar la presa y el ego que se infla al conseguirla hacen que el cazador se olvide de su pata y el ratón-gato subyugado consigue salir a su lugar seguro. Sabina se suelta de los brazos y mordiscos, se escapa fugazmente del beso caníbal, beso lleno de dientes, de lengua, de apuro y secreto. Se apartan. Cerca de ese lugar pasaba Eduardo, su lugar seguro. Samuel camina indistintamente jugando con un par de audífonos que tenía en el bolsillo, con la expectativa de que en cualquier momento de la noche el ratón volviera en búsqueda de redención gatuna en forma de treinta y dos – o treinta y seis- dientes.


viernes, 7 de noviembre de 2008

Miro mis piernas



Un pequeño texto escrito en medio del bullicio de un encendido de luces, reflexionando sobre una frase que me dijeron el otro día. Recordé el poema de Neruda "Ritual de mis piernas" y salió esto, a través de la memoria que a veces sirve.


Miro mis piernas.
Allí están, cortas, escuetas,
llenas de raspones y marcas.
Deberían ser de otra forma, ¿no?
Lo bueno es que caminan


B
I
A
A
L
N
Trazan estelas en sus p a s o s
Colorean el vacío de tu media luna.


A veces me pregunto
si mis piernas hubiesen estado atadas a otro torso


¿Habrían tenido los mismos cráteres?


¿Habrían caminado r-e-c-t-o o en z I g Za G?


¿Me las habrías espiado como detective inglés, buscando con lupa pistas de debilidad?


No lo sé.


Mis piernas se enredarán
poco a poco en las tuyas
haciendo guerra
y paz triangulada.





domingo, 26 de octubre de 2008

"...con una plataforma inquisitiva de punta..."

El título es una burla a las propagandas políticas de la gobernación del estado Zulia (región donde habito). A casi toda campaña mediática le agregan la frase "con una plataforma tecnológica de punta", así se trate de un comedor, un plan comunitario, una biblioteca o un lavado de perros ("lavamos a su perro con una plataforma tecnológica de punta"). El punto no es ese. Lo que me asombra es que aún en el siglo XXI vivamos una inquisición similar a la del siglo XV, sólo que ahora los instrumentos de exclusión son más sofisticados y no son precisamente de tortura física, sino peor, tortura psicológica.


Hablaba con una amiga homosexual a la cual habían expulsado de la universidad donde estudiaba por el hecho de ser lesbiana; a ella, su novia y a once parejas más les fue negada la educación superior por preferir intimar con su mismo sexo. Dicha universidad (los que viven en Maracaibo saben cual es) ya tenía un historial de discriminación desde hace algunos años. Para entrar, te tienes que vestir de cierta manera. Quítate los piercings. Córtate el pelo. No uses esa franela. No camines de esa manera. Curiosamente, no es una intitución de corte militar, sino una institución privada universitaria cuya población total podría decirse consta de civiles. Políticas de derecho de admisión, como en una tasca o discoteca cualquiera.


Mientras mi amiga me contaba de su expulsión, yo sentía mi indignación y curiosidad aumentando. "¿Por qué no demandas?" le dije. "No, para qué, eso se les regresará" me decía. La vez pasada que me indigné con la misma institución fue hace aproximadamente un año, cuando se realizaba en la ciudad un festival de narración oral. Entre los invitados estaban un cuentero colombiano, uno ecuatoriano y uno español. En dicho festival, los cuenteros iban a, valga la redundancia, a tener presentaciones en diversas instituciones de la ciudad, entre esa universidad.
Entré al auditorio de la universidad y, de repente, me doy cuenta que en el escenario no estaban los cuenteros, sino un pastiche infantil teatral (bastante malo, debo acotar). Para mi sorpresa, me consigo a los cuenteros en la parte de afuera de la universidad y me dijeron, muy indignados, que sólo dejaban pasar al español. El colombiano tenía aretes, el ecuatoriano usaba pelo largo. A ninguno de los dos dejaron entrar, a pesar de haber sido invitados por la universidad. El español se negó a presentarse sin ellos.


Al oír la historia de mi amiga y pensar en lo que había ocurrido hace un año, pensé "¿Qué pasaría si un hombre tiene que tener el pelo largo por razones religiosas?¿Le niegan la educación sólo por ello? Si tienes a una chica de excelentes calificaciones, es amable con sus semejantes y es trabajadora ¿Le niegas la educación porque tenga una novia? Si ahora expulsan por ser un individuo "distinto", no me sorprendería que en los próximos años no dejen inscribirse a negros o a indígenas, en búsqueda de la "raza perfecta" hitleriana, todos iguales, productivos, sonrientes y falsos. ¡Adiós individualidad! Welcome to the machine, como diría una canción de Pink Floyd.


Y, a todas estas, ¿Es legal interrumpir los estudios superiores de alguien por ser distinto? Sé que varios me saldrán con el argumento de la política de admisión, pero los derechos humanos no deben tener política de admisión.


Educamos hacia el odio y la intolerancia al mismo tiempo que pregonamos la libertad y la tecnología, pero ¿de qué sirven las dos últimas si no están al acceso de todos?


"...Porque tenemos una plataforma tecnológica inquisitoria de punta..."

Razonamiento aristotélico

Este es un pequeño dibujo que realicé hace algún tiempo (¿un año, quizás?). Las tortugas a veces me llevan a reflexiones curiosas.

sábado, 25 de octubre de 2008

¿Por qué "Memoria de pájaro"?



Verán, mi memoria, como le digo muchas veces a mis amigos, es como la de una paloma, un pájaro: De muy corto plazo, con distintos focos de atención casi por segundo. Un amigo y yo tenemos un juego que consta en la observación de palomas, sobretodo cuando se están cortejando. El macho palomo se ensancha, persigue a la flacucha hembra durante 30 segundos (1 metro de recorrido, más o menos) y luego voltea la cabeza y se le olvida su objetivo inical: Se distrae con una bolsa o con nada en lo absoluto. Y así camina sin sentido hacia la nada, hacia la incertidumbre de su memoria de corta duración.
Para eso el blog, para plasmar esas cosas que no quiero que mi memoria de pájaro pasen por alto, sobretodo aquéllas que pueden llegar a ser importantes o enriquecedoras intelectual, sensorial o emocionalmente. Mi memoria virtual artística, espiritual e intelectual. Un poco de literatura, de arte, de cine, de la vida y de sus incoherencias constantes.


Hola y bienvenidos.